miércoles, 31 de marzo de 2010

“En el mismo instante en que ese sorbo de te; mezclado con sabor a pastel toco mi paladar... el recuerdo se hizo presente... Era el mismo sabor de aquella magdalena que mi tia me daba los sábados por la mañana. Tan pronto como reconocí los sabores de aquella magdalena... apareció la casa gris y su fachada, y con la casa la ciudad, la plaza a la que se me enviaba antes del mediodía, las calles..." a través de los deseos y recuerdos de todos aquellos interesados, construir un regalo, una pieza que nos acerque esos recuerdos, esas sensaciones que todos guardamos en el inmenso edificio de la memoria. La felicidad esta; muy cerca, en las pequeñas cosas, solo hay que componer las migajas de esa magdalena particular.”

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