lunes, 19 de septiembre de 2011

Esta mañana, al llegar a casa del trabajo Bola y Kitty me vinieron a saludar, como lo hacen siempre, pero faltaba alguien más, no se explicarlo ni el porqué pero  es como si de un momento a otro fuera a venir Golfo a saludarme tambien como tantas otras mañanas. Era consciente de que no iba a venir, pero inconsientemente fui a abrir la puerta por si estaba dormido, como tantas otras veces tambien ... y nada (obviamente) no estaba.  Mi habitación vacía, la cama deshecha... pero vacía.
Dejé las llaves, saludé al pollo y me fui al salón.  No estaba triste ni nada, melancólica quizás, pero no triste... ya no.

Hoy, he comprendido que no puedo eliminar cosas de mi vida, no puedo suprimir recuerdos... ya no quiero hacerlo. Y que los malos recuerdos cuentan tanto como los buenos.
He comprendido que, lo que en un pasado te hizo feliz no debe de apenarte, porque eso te hizo feliz... aunque ya no lo tengas
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